Categorías
estudios idiomas Uncategorized viajes

Vivir en Estados Unidos

Análisis de la vida americana desde la perspectiva de una española.

Análisis de la vida americana en Estados Unidos desde la perspectiva de una española.

Feliz por haber tenido la oportunidad de haber estudiado en una universidad de Estados Unidos, por haber aprendido sus costumbres y poder haber experimentado días típicos como Halloween o Acción de Gracias (cuando trinchan el pavo, habrá foto). Feliz por haber podido probar sus comidas típicas. ¡Qué bueno está el gravy! Necesito más mac & cheese en mi vida. Sobre todo, viajar.
Nueva York al atardecer desde el río Hudson.

Para empezar, ha sido maravilloso. La verdad es que no me lo esperaba y eso que crecemos entre series y películas de Hollywood. Lo que no sabemos es que la cultura americana está instaurada en nuestras cabezas desde pequeñitos.

Los millenials, como yo, hemos crecido comiendo con los Simpsons a las dos de la tarde o viendo Friends. Pues cada serie o película americana es tal cual a la vida real en Estados Unidos. Reflejan la verdadera esencia de la cultura norteamericana. La mayoría de los estereotipos se cumplen a rajatabla.

Si conoces a alguien que ha tenido la oportunidad de vivir en Estados Unidos o simplemente ha viajado durante más de una semana lo primero que te dirá será: ¡Es como las películas! Fue lo primero que pensé al llegar allí. El entorno es taaaaaaan diferente a Europa… que ellos mismos piensan que Europa es un país.

Eso sí, muchos también piensan que España está al lado de México por el simple hecho de que hablamos español. Por eso, si vas a EE. UU. debes indicar que eres de «España, Europa». Es muy triste tener que aclarar esto pero, a veces, es necesario.

He tenido la oportunidad de viajar por la parte este de EE. UU, la zona más próxima al Atlántico. Como todas las personas que cruzan el charco he sufrido jet lag a la ida y a la vuelta, ya que son seis horas de diferencia horaria. Digo sufrir porque ha sido duro, he estado 15 días sin poder dormir bien a la vuelta. Dicen que el jet lag se sufre más a la vuelta y puedo confirmar que sí, pero depende de cada persona. En mi caso, ha sido horrible. Consejo: para evitar el jet lag no duermas el día que vuelvas, intenta mantenerte despierto hasta por la noche e intentar seguir una rutina normal.

Antes de empezar a contar cómo es la vida siendo estudiante en una universidad estadounidense, voy a hacer una breve introducción de los lugares más emblemáticos que he visitado. ¡Aprender nunca está de más!

Mi sueño

He disfrutado de Nueva York en verano con 40 grados y en invierno con las luces de navidad. La ciudad que nunca duerme me ha sorprendido para bien y para mal. Era mi sueño y lo he cumplido satisfactoriamente. He podido disfrutar de la Gran Manzana dos veces durante mi estancia en Estados Unidos. Las dos veces las he disfrutado por igual, tanto la primera en verano como la segunda tres meses después en invierno. Sus rascacielos son tan altos que entra tortícolis, impresiona su arquitectura porque es totalmente diferente a la europea.

La Quinta Avenida es fantástica, dan ganas de ser millonario para poder comprar en Tiffany & Co., despertar por la mañana y tomar un café con vistas a Central Park o disfrutar de un partido de los New York Knicks en el Madison Square Garden. Obviamente, todo eso no lo he hecho. Ser estudiante no da para mucho.

Sin embargo, he podido dar una vuelta por Times Square que es como el Callao neoyorquino, pero a lo bestia. La calidad de los artistas de Broadway es mil veces mejor que cualquier ganador de La Voz (no me puedo meter con Operación Triunfo, lo siento, soy demasiado fan). Pero hay mucha contaminación, huele muy mal en verano porque no existen los cubos de basura y dejan las bolsas en la calle y el metro (el más viejo del mundo) es un tremendo caos porque no hay cobertura. ¡Vivan los metros de Europa!

Times Square desde la tienda de M&M’s.

Me alojé por 15 euros la noche en Manhattan y comí (sano) por menos de diez dólares.

Sin duda, Estados Unidos es el país capitalista por excelencia y Nueva York un ejemplo de ello, pero se puede ahorrar si te informas bien y no vas a lo loco. Aunque también me di mis caprichos gastronómicos porque comer es un placer y después de un día andando unos 20 kilómetros de media el cuerpo merece un pequeño festín. Sin duda, volveré.

Por otro lado, viajé en coche con mis amigos a principios de septiembre a Filadelfia y Washington D. C.

Primero, visité Filadelfia. Ciudad que se encuentra en el estado de Pensilvania, al lado de Nueva Jersey. También, situada en el este de América del Norte. Comúnmente conocida como Philly, es la ciudad histórica por excelencia en América del Norte. Mucha gente no le da tanta importancia porque no es tan comercial como Nueva York, Miami o Washington D. C. Allí se firmó la Declaración de Independencia de Estados Unidos el famoso 4 de julio de 1776.

Es una ciudad estilo Nueva York pero más pequeña, ideal para vivir. Tiene muchos monumentos históricos como la Campana de la Libertad (Liberty Bell) asociada a la Guerra de la Independencia de los Estados Unidos, símbolo de libertad y abolición de la esclavitud.

Además del carácter histórico de la ciudad, tiene barrios pintorescos como Chinatown justo en el centro de la ciudad donde recomiendo comer porque es barato y delicioso. La comida china siempre es muy socorrida cuando no sabes dónde comer. Bonitos parques y calles largas con las franquicias de ropa típicas que nos gusta a los jóvenes. Esta ciudad no tiene tanta contaminación como Nueva York y se puede disfrutar tanto de los rascacielos como de grandes parques y barrios muy cucos.

Entre los españoles es conocida porque allí vivía en la ficción el Príncipe de Bel Air antes de coger aquel taxi que olía a cuadra e irse a Los Ángeles con su tío, menudo viajecito.

Visita obligada es Washington D. C., capital de Estados Unidos y donde vive el señor presidente Donald Trump. No podía irme del país sin pasar por lugares tan emblemáticos como la Casa Blanca, el Capitolio, el Obelisco (realmente se llama Monumento a Washington) o el Monumento a Lincoln que tanto había visto en Los Simpsons (sí, he visto los capítulos repetidos como buena seguidora). Pensaba que al ser la capital del país iba a ser una ciudad agobiante llena de gente en cada esquina y con mucho tráfico. Me sorprendió para bien.

A diferencia de Nueva York, es una ciudad que no tiene ningún rascacielo. Sus edificios son relativamente bajos. Es una ciudad limpia y sin tanta contaminación. El centro de la ciudad me recordó al barrio Salamanca de Madrid, la calle Génova o Serrano. Es una ciudad que se puede visitar en un fin de semana perfectamente porque todos los enclaves turísticos se encuentran a 15 minutos.

Capitolio de Washington, DC.

Los alojamientos tampoco son caros. Debo decir que en ninguno de mis viajes me he alojado en un hotel. Siempre he optado por alquilar un airbnb, que también funcionan muy bien. A diferencia de España, los airbnb estadounidenses están preparados para llegar sin que esté el dueño de la casa, sin que tenga que estar presente para la llave al huésped. Tienen un sistema de códigos en la cerradura que funcionan como telefonillos y mágicamente se abre la puerta. El día de la entrada al airbnb te llega un correo electrónico con el código de la cerradura, la contraseña del wifi y, a veces, Netflix.

Al hilo de alojamientos alternativos, en EE. UU también existen los transportes alternativos como Uber. También, existen otras empresas como Lyft pero nunca lo he probado porque he leído algunos comentarios negativos en internet. En las ciudades grandes si vas solo o con otra persona te conviene coger el Uber pool, la opción de coche compartido. Es más barato y si tienes suerte no compartes el coche con nadie. En Washington solo cogimos Uber y mereció la pena.

Antes de contar mi experiencia como estudiante en una universidad estadounidense, debo hablar de manera breve sobre Orlando. Visité Orlando con otro grupo de amigos en octubre. ¡Pude bañarme en una piscina al aire libre por la noche en pleno octubre! Se encuentra en el estado de Florida cerquita de Cuba, de ahí viene el buen tiempo en esos meses. Orlando es por excelencia la ciudad de los parques temáticos como Disney World pero también de los outlets. Es una buena opción tanto para viajar en familia como para viajar con amigos.

Los outlets son una maravilla para los adictos a las compras como yo. Si vas con esa idea por favor lleva una maleta vacía o directamente compra una allí, también en el outlet. Son complejos llenos de tiendas de marca, son centros comerciales que parecen pequeñas ciudades, hay varios pero suelen tener las mismas tiendas y precios similares. Los precios, en general, son bastante competitivos. Si quieres comprar souvenirs para la familia y amigos es una buena idea. Hay tiendas de Converse, Nike, Adidas, Vans, GAP, Levi’s, etc. Yo arrasé con todo.

Orlando está cerquita de Miami, a unas tres horas y media en coche (en Estados Unidos ese tiempo se considera poco ya que las distancias son enormes). Puedes aprovechar el viaje si estás en Miami un fin de semana o viceversa. Si no dominas el inglés no tendrás problema, casi todo el mundo habla español. Paseando por Orlando pensaba que estaba en España. En cuanto a los parques temáticos hay un montón. Los más famosos son los de Disney (Magic Kingdom, Epcot, Disney’s Hollywood Studios, Animal Kingdom, etc.).

Somos adultos pero siempre sigue viviendo una parte de niño amante de Disney dentro de nosotros. En mi caso, visité Magic Kingdom que es el típico parque donde está el castillo de la princesa. En Disneyland París es el castillo de la Bella durmiente, en Disney World Orlando es el castillo de Cenicienta. Pero, en general, el parque es igual. La temática de cada zona es parecida y las atracciones también. Pero, siempre hace ilusión vivirlo.

Disney World, Orlando.

Otro parque temático que se encuentra en Orlando es el Universal Studios. Se divide en dos parques: el clásico que es más temático y el de atracciones Islands of adventure, con Marvel, Popeye y Hogwarts. En ambos parques se encuentan recreaciones de Harry Potter conectados por el Hogwarts Express.

Por un lado, yo no soy fan incondicional de la saga pero disfruté como una enana paseando por Hogsmeade, probando las grageas que saben a vómito (asquerosas), cómo la gente usaba las varitas de sauco electrónicas y cómo compraban en los distintos puestos las cervezas de mantequilla.

Por otro lado, el castillo de Hogwarts es increíble. La recreación es alucinante y poder ver el atardecer con fuegos artificiales allí es mágico, imagínate para un fan de Harry Potter, se muere del gusto. Incluso pude ver una pedida de mano sorpresa enfrente del Hogwarts Express.

Castillo de Cenicienta en Disney World, Orlando.

Fue una experiencia inolvidable, me empapé de la cultura americana y participé en fechas destacadas como Halloween o Acción de Gracias. Por muchos años que pases estudiando inglés en una academia, queda demostrado que si no vives en primera persona su cultura y no te relacionas en un entorno real no se termina de aprender del todo.

2 respuestas a «Vivir en Estados Unidos»

Responder a Marta Cancelar la respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *